sábado, 7 de mayo de 2016

Plancha conmemorativa del QH Manuel Belgrano por el QH Ruben Otero


A L:.G:.d:.G:.A:.d:.U:.
Oriente de Buenos Aires, 4 de mayo de 2016 (e.v)
VM:. y QQHH:. (todos):
Acerca de Belgrano

Es difícil referirse a él dejando de lado aspectos de su vida personal “tan corta” o al reconocimiento que habitualmente se hace de él como prócer vinculado a la creación de la bandera para hacer foco en una preocupación que me interesa desde lo personal. Trataré de explicitar sintéticamente una faceta importante de su acción en relación a sus semejantes y colaborando para el desarrollo y prosperidad de ellos y de la sociedad en su conjunto. Pretendo presentar la relación del joven Belgrano con el vínculo educación y trabajo.
Quizás la mejor fecha para recordarlo sea el 7 de mayo, día en el cual llega de regreso (para nuestra suerte) a estas tierras en el año 1794.
Comienza su tarea en el Consulado del Virreinato, donde puede traslucir su interés por el tema que nos ocupa. En en esa sociedad que, con tremenda audacia, plantea la centralidad del trabajo manual e intelectual en un momento en que las clases pudientes veían el trabajo como algo negativo realizado por negros, esclavos e indios. Confrontó con aquellos que consideraban incompatible con su dignidad el desempeño de tareas manuales y artesanales.
Podemos afirmar que la educación adquirió para él el rol de motor y origen del progreso social integrando trabajo con intelecto como resultado del proceso de conocimiento. Así, en 1796, propicia la creación de una escuela práctica de agricultores y otra de comercio. Muestra su preocupación por las condiciones de los habitantes de la campiña, en la seguridad de que el conocimiento les permitiría situaciones más dignas de vida así como agregar valor a las materias primas redundaría en beneficio a la sociedad por la incorporación de riquezas producto del desarrollo económico que permitiría.
Indudablemente, la posibilidad de estudiar en Europa y entrar en contacto con los pensadores de este momento enriquecen la mirada sobre la cual se alimentan sus preocupaciones.
De cualquier manera, su mérito personal es la aplicación de esos conocimientos en su compromiso con el prójimo y el valor para enfrentar las adversidades que le permitieron salvar muchas vidas. En este sentido, el Éxodo jujeño es todo un ejemplo.
Una breve enumeración deja en claro su compromiso: propiciar la creación de la escuela de agricultura y la escuela femenina en 1796; la escuela de náutica y la de geometría en 1799; la de matemática en 1810.
La Asamblea Constituyente de 1813 le otorga a Belgrano un premio de 40 mil pesos oro que dona para la construcción de cuatro escuelas en Tarija, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán. Son actualmente algunos de los territorios más pobres de nuestro país.
1796. Primera memoria
Propicia la creación de agricultores y la de comercio
Producto de su profundo idealismo se sensibiliza por la situación de los habitantes de la campaña, haciendo hincapié en lo calamitoso de sus viviendas y en el valor de la instrucción como medio que les posibilite un cambio incorporando valores y amor al trabajo. Así, propone que aprendan las primeras letras, conocimientos matemáticos básicos para luego ser admitidos por los maestros menestrales que les enseñarán su oficio y luego, a la escuela de dibujo. También se ocupa de la educación de las niñas con la intención de inspirarles amor al trabajo. Pone particular atención en la náutica y el dibujo creando dos academias.
La historia oficial reconoce a Sarmiento como al maestro sanjuanino. Mucho antes que Sarmiento pudiera intervenir en los destinos de la política educativa, con gestos inequívocos Belgrano asumió que educar era sinómimo de forjar los destinos de la nación y que el trabajo no era una tarea exclusiva de esclavos y siervos. Era también un modo de pensar la sociedad, organizando la actividad de sus miembros activos. Su condición de fisiócrata le imponía esta lectura y este compromiso. Fue el primero en pensar la gratuidad de la educación en esa época. Este es el modo en que prefiero referirme a él, quizás como precursor de la educación básica y primaria en nuestro país. 50 años antes de que Sarmiento comenzara su carrera periodística.

Rubén Otero A:.M:.

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